El pasado 27 de octubre el Club de Caminantes tuvo que armarse de valor y afrontar el reto de una meteorología adversa, propia de la época. Partimos desde un refugio cercano a Pradoluengo hasta el nacimiento del Oropesa, en medio de un bosque tupido de hayedos y árboles diversos. Durante la travesía llovió, granizó y nevó, circunstancias que lejos de amilanarnos nos estimularon a caminar con más ganas. Comimos en un refugio de cazadores, quienes amablemente nos habían encendido una fogata. A la comida se unió nuestro párroco D. José Luis. Echamos en falta a los niños, proponiéndonos en la próxima disponerlo todo para su asistencia.
Adjuntamos algunas fotos.
Debe estar conectado para enviar un comentario.