El verano, una oportunidad

Las vacaciones, el merecido descanso, pueden ser una gran oportunidad para afrontar con más serenidad nuestra vida espiritual. A la vista de la mejora en la situación sanitaria es momento, con la prudencia que todos debemos ejercitar y teniendo en cuenta las recomendaciones de la autoridad, de ir recuperando, también en nuestra vida cristiana, la normalidad que todos ansiamos. Y aprovechar para dedicar más tiempo a la familia. ¡Vale la pena!