El sábado 30 de mayo celebramos el bautismo, que se había ido retrasando con motivo de las circunstancias sanitarias. Por esas circunstancias, los asistentes se redujeron al mínimo: padres de la criatura y abuelos. El jovencito Luis mostró su carácter pacífico permaneciendo silencioso durante toda la ceremonia, hasta el momento de recibir las aguas bautismales donde dejó clara su magnífica voz.